// Me lo dijo al fin... que raro //

lunes, 22 de diciembre de 2008

Después de una larga noche con mis amigos de la básica, donde mi papá no pudo contenerse a aportar con su granito de arena, terminó siendo una playa entera su austero aporte.
El copete, el pan, las longanizas, pollo, el costillar, los vasos, las sillas, ceniceros, casa y Cata, todo lo puso él, junto a la devolución de diez mil pesos de parte de mis amigos. Pero, el estaba felíz; en ningún momento de la noche vi malas caras, molestia e incomodidad por la presencia de mis queridos amigos, que hace tanto tiempo que no disfrutaba. De hecho, como siempre, la parrilla fue su lugar, donde acompañó a mi pololo parrillero, tomando chelita y comiendo choripan.
Al otro día, despierto después de una noche bakán, bajo a saludarlo y me dice que invite a mis amigos a almorzar. ¡Que buena!, pensé, pero significaria otra playa más de aporte de parte de mi papá. Finalmente, almorzamos y disfrutamos del asadito que el mismo playero preparó. Habia bebido cerveza como todos los días, pero tenía una carita de sueño insostenible. Después de almuerzo se levanta y se dispone a recostarse en el sillón, junto al televisor. Nosotros salimos tras de él con platos y vasos, lo que se conoce usualmente como "levantar la mesa".
Mientras me aproximo a la cocina con la panera y un plato de ensaladas, mi cansado papá me llama, me dice que me acerque al sillón que lo cobija cómodamente y me invita a acurrucarme en sus brazos. Mientras disfruto de su abrazo me dice: Te amo, te amo, te amo.
Yo lo miro un poco desconcertada y él continúa repitiendo esa hermosa y esperada frase. Le respondo con un abrazo igual de enorme y le digo que yo lo amo más. En ese momento me separa de su cuerpo y me mira como invitándome a continuar con mi labor hacia la cocina. Así lo hago, sin apartar mi mirada de sus ojos, buscando respuestas.
- Debe estar un poquito tomado, pensé.
Llego a la cocina, donde estaba mi pololo dejando sobre el lavaplatos un par de recipientes vacíos. Le comento el episodio y mi hipótesis sobre éste, la del copete.
Me mira con la misma cara de extrañeza y me dice:
-Pero ¿No es eso lo que siempre has esperado?
Así es. ¿Por qué lo cuestiono, entonces? Si ha seguido diciéndome las mismas palabras durante la semana, si me abraza y me besa y me dice que me ama mientras vemos las noticias juntos,¿Por qué no disfruto lo que tanto he esperado?